La mayoría de compañías aéreas aceptan que las mujeres embarazadas viajen si se encuentran en condiciones de salud y si su vuelo de vuelta no tiene lugar más allá de la 34ª semana de gestación. Algunas compañías, sin embargo, pueden incluso solicitar un certificado médico que autorice volar a la pasajera.
En cualquier caso, te recomendamos que revises la política de la compañía aérea que opera tu vuelo para confirmar las condiciones.